Día 23: La crucifixión
El quinto misterio doloroso del rosario
Juan 19:25-30
«Mientras ellos miraban, también nosotros contemplamos sus heridas mientras está colgado. Vemos su sangre mientras muere. Vemos el precio ofrecido por el redentor, tocamos las cicatrices de su resurrección. Él inclina la cabeza, como para besarte. Su corazón está abierto, por así decirlo, en amor hacia ti. Sus brazos están extendidos para poder abrazarte. Todo su cuerpo está expuesto para tu redención. Reflexiona sobre lo grandiosas que son estas cosas. Que todo esto sea sopesado correctamente en tu mente: así como él fue clavado en la cruz en cada parte de su cuerpo por ti, así ahora puede estar clavado en cada parte de tu alma».
– San Agustín
Virtud de hoy:
Santifica todo tu sufrimiento entregándolo a Cristo
«Dios tuvo un hijo en la tierra sin pecado, pero nunca uno sin sufrimiento». – San Agustín