Día 28: La venida del Espíritu Santo
Tercer misterio glorioso del rosario
Hechos 2, 1-11
En la Anunciación, «el Espíritu Santo descendió [...] cubriendo con su sombra» a la Santísima Virgen María, provocando la Encarnación.
Fue en ese momento, como enseña San Juan Pablo II, cuando María experimentó el primer descenso del Espíritu de una manera singularmente profunda, convirtiéndose efectivamente en el primer miembro de la Iglesia cristiana.
¿Dónde estaba María durante Pentecostés?
La Sagrada Escritura nos dice que María estaba presente en el Cenáculo con los apóstoles mientras esperaban al Espíritu prometido. San Lucas escribe en los Hechos de los Apóstoles que todos continuaron:
«dedicarse con unánime acuerdo a la oración, junto con María, la madre de Jesús» (Hechos 1, 14).
Esto significa que María estaba allí en Pentecostés, reunida en oración con los apóstoles, lista para recibir una vez más la efusión del Espíritu Santo, pero esta vez como Madre de la Iglesia.